600 años de resistencia: El pueblo gitano en la península ibérica

by Ismael Cortés Gómez

“La Vie errante des Bohémiens ou Les Marches Égyptiennes” de Jaques Callot. Petit Palais, musée des Beaux-arts de la Ville de Paris.

“La Vie errante des Bohémiens ou Les Marches Égyptiennes”, de Jaques Callot. Fuente: Petit Palais, musée des Beaux-arts de la Ville de Paris.

 

El 12 de enero de 1425, un documento firmado por el papa Martín V y ratificado por los reyes de Aragón, Navarra y Castilla marcó la llegada documentada del pueblo gitano a la península ibérica. Este salvoconducto otorgaba protección a un grupo de familias gitanas itinerantes que se identificaban como peregrinos en su camino a Compostela. Sin embargo, esta acogida duró poco. Con la fundación de la Inquisición en 1478 y la promulgación de la primera pragmática antigitana en 1499, firmada en Madrid por los Reyes Católicos, se inició un ciclo de persecución y violencia institucional que se prolongaría durante siglos.

Las distintas pragmáticas reales -alrededor de trescientas- prohibieron la lengua y la indumentaria, así como las tradiciones y los oficios gitanos; y forzaron a las comunidades gitanas a una imposible integración en un sistema social y administrativo que no les daba cabida. Los castigos reiterados iban desde la esclavitud hasta el destierro o la pena de muerte. La seriación legislativa antigitana ha buscado coartar la libertad de las comunidades gitanas, eliminar su identidad y su cultura; e incluso su aniquilación física (genocidio) con episodios ampliamente documentados como el Proyecto de Exterminio o Gran Redada de 1749: un intento deliberado de liquidación de todo un grupo étnico, perpetrado en distintos territorios peninsulares bajo la corona de Fernando VI, pergeñado por el Marqués de la Ensenada, que separó a miles de familias, dividiéndolas sistemáticamente por género y por grupos de edad, y las condenó a trabajos forzados o a la esclavitud en galeras en condiciones inhumanas.

Las últimas medidas administrativas y penitenciarias contra el pueblo gitano se extienden hasta la segunda mitad del siglo XX, y fueron emitidas por el régimen fascista, durante la dictadura franquista, suprimiendo la presunción de inocencia y persiguiendo la lengua y los oficios tradicionales gitanos. El antigitanismo, alimentado por siglos de persecución, sigue siendo hoy una de las formas de racismo más persistentes en Europa. Esta discriminación estructural ha perpetuado estereotipos que presentan al pueblo gitano como una amenaza social, justificando tanto las formas de segregación urbana, así como las formas de exclusión institucional o los estallidos racistas de violencia física y simbólica.

El reconocimiento del antigitanismo como delito de odio en el Código Penal español, en 2022, supuso un paso crucial en la lucha contra esta forma específica de racismo. La Ley Orgánica 15/2022, de 6 de julio, marcó un hito al incluir explícitamente el antigitanismo como agravante (art. 22.4) y como delito de odio (art. 510). Esta ley no solo reconoce la particular forma de discriminación sufrida por el pueblo gitano, sino que también dota al sistema jurídico de herramientas más claras para identificar, perseguir y sancionar las formas criminales de antigitanismo. Este avance legislativo es fundamental para garantizar una respuesta más efectiva a las agresiones físicas, ataques simbólicos y discriminación institucional que han afectado históricamente al pueblo gitano. Especialmente, la formación sobre el antigitanismo ha de incluirse en el trabajo cotidiano de las Fiscalías contra los Delitos de Odio, en tanto en cuanto, éstas son las unidades especializadas dentro del sistema judicial que se encargan de investigar, perseguir y sancionar los delitos motivados por el odio.

Este avance legal debe complementarse con acciones que transformen tanto las estructuras institucionales como la opinión pública. El Código Penal es una herramienta importante dentro de cualquier Estado de derecho, pero su impacto depende de un cambio cultural y estructural más profundo que abarque todos los niveles de la sociedad.

  • Concienciación cívica: Es imprescindible fomentar campañas de sensibilización tanto a nivel escolar como a nivel mediático, que desmonten los prejuicios racistas sobre el pueblo gitano y promuevan el respeto por la diversidad cultural.
  • Capacitación jurídica: Jueces, fiscales y policías deben recibir formación específica para identificar y combatir el antigitanismo en todas sus manifestaciones.
  • Acción institucional: Los casos de delitos de odio contra los gitanos deben ser tratados con la máxima diligencia, asegurando que se haga justicia y que se erradiquen las barreras estructurales que perpetúan la discriminación.

Si observamos el contexto catalán, el artículo 47 del Estatuto de Autonomía reconoce explícitamente al pueblo gitano como parte integrante de la sociedad catalana: “Los poderes públicos deben velar por el reconocimiento del pueblo gitano como parte integrante de la sociedad catalana, para la preservación y el desarrollo de su identidad cultural, sus tradiciones y su lengua.” Este reconocimiento legal subraya la contribución histórica y cultural del pueblo gitano, y establece una base para desarrollar políticas específicas que promuevan su inclusión activa en todos los ámbitos de la vida en común. Para dar un impulso a este reconocimiento, es fundamental implementar avances institucionales pendientes:

  • Representación política: Asegurar la participación de la ciudadanía gitana en las instituciones democráticas, promoviendo su acceso a cargos de responsabilidad administrativa y/o de representación en las instituciones de autogobierno de la Generalitat.
  • Promoción cultural: Crear espacios culturales dedicados a preservar y celebrar la memoria y la identidad gitana como parte esencial del patrimonio de Cataluña.
  • Ciudadanía inclusiva: Impulsar programas que conecten a las comunidades gitanas con recursos educativos, laborales y sociales, alineados con los estándares internacionales de derechos humanos.

Desde otro punto de vista, el Pacto de Estado contra el Antigitanismo, aprobado en marzo de 2023 por el Congreso de los Diputados, representa un esfuerzo crucial para combatir siglos de discriminación estructural. Este pacto, que incluye 158 medidas concretas, busca garantizar la igualdad y combatir el racismo antigitano en todas sus formas. Entre las medidas más destacadas se encuentra el punto segundo, que propone un acto ceremonial presidido por la figura institucional del monarca, Felipe VI; quien como actual jefe del Estado tendría la potestad para simbolizar la ruptura con una historia trágica, de persecución y de violencia institucional antigitana. Este gesto -escenificado desde las altas instituciones del Estado- sería un reconocimiento de los horrores históricos y marcaría el compromiso del Estado con un nuevo tiempo democrático basado en el pleno respeto hacia el pueblo gitano. Además, el Pacto de Estado contra el Antigitanismo incluye entre otras iniciativas:

  • Reformar las políticas educativas y laborales, promoviendo la igualdad de oportunidades para las comunidades y las personas gitanas.
  • Fortalecer los mecanismos legales contra el antigitanismo, asegurando que los casos de discriminación sean tratados con rigor y justicia.
  • Fomentar la recuperación y promoción de la lengua y la cultura gitanas como parte del patrimonio común compartido.

Situándonos en una perspectiva estatal, la Ley de Memoria Democrática (20/2022, de 19 de octubre) establece la creación de una Comisión de Memoria y Reconciliación con el Pueblo Gitano, con el objetivo de documentar y visibilizar los siglos de persecución. Para que esta comisión sea efectiva, es imprescindible que las comunidades gitanas lideren los procesos de recuperación de su historia. Algunas de las acciones prioritarias deberían incluir:

  • La creación de archivos vivos y museos que recojan y preserven la memoria del pueblo gitano.
  • La integración de su historia en el currículo educativo, asegurando que las nuevas generaciones comprendan y valoren su contribución a los distintos territorios y naciones históricas del Estado.
  • El desarrollo de iniciativas culturales que celebren su resistencia y resiliencia a lo largo de los siglos.

La memoria no solo es un acto de reparación simbólica, sino una herramienta para construir un marco cultural compartido que reconozca la diversidad como un valor esencial, para fortalecer la democracia frente a las amenazas totalitarias. Precisamente, en términos democráticos, la exclusión histórica del pueblo gitano tanto de los espacios de representación política, así como de las funciones de gestión propias de las instituciones de gobierno, refleja una fractura en los principios fundamentales de la igualdad y la no-discriminación.

Desafortunadamente, el 12 de enero de 1425, fecha que marcó el registro oficial de la entrada del pueblo Gitano en el Reino de Aragón, no fue el inicio de una relación de respeto, sino que inició un complejo y violento proceso histórico de persecución y resistencia. La resiliencia del pueblo gitano durante 600 años es un testimonio de su fortaleza y de su determinación. Reconocer su historia, garantizar sus derechos y celebrar su cultura es un deber del Estado y una oportunidad para construir una democracia que valore la diversidad como su mayor fortaleza. La igualdad no es un punto de partida, sino un horizonte que debemos construir juntos.

En este camino hacia la igualdad, la inclusión del pueblo gitano como una nacionalidad histórica en el Título VIII de la Constitución Española representaría una oportunidad única, para reforzar los valores democráticos y el compromiso con la justicia social, en un marco de pluralismo y reconocimiento de la diversidad. El pueblo Gitano, que este año cumple precisamente seis siglos de arraigo en el tejido social y cultural de la península Ibérica, constituye un elemento esencial de la identidad colectiva del país. Su historia de resiliencia frente a la exclusión y la discriminación, junto con su contribución al patrimonio cultural y su presencia extendida por todos los territorios del Estado, reclama un reconocimiento institucional que garantice sus derechos políticos, culturales y sociales. Este paso, además de subsanar una deuda histórica, permitiría fortalecer la cohesión social mediante la integración plena de todas las voces en el espacio público, respetando la igualdad en la diferencia.

Reconocer al pueblo gitano como nacionalidad histórica no solo responde a una necesidad de justicia, sino que también se alinea con experiencias internacionales que han sabido incorporar a comunidades históricamente marginadas como actores plenos en la esfera democrática. Diversos ordenamientos jurídicos europeos y latinoamericanos han establecido precedentes que evidencian los beneficios de otorgar derechos específicos a comunidades con una identidad diferenciada, reforzando su participación y garantizando la protección de su lengua y su cultura. El Estado español y las naciones que lo conforman, por la relevancia histórica y cultural del pueblo gitano en su configuración social, tienen una responsabilidad particular en liderar este proceso. A través de un reconocimiento efectivo, acompañado de políticas inclusivas y medidas concretas, sería posible no solo reparar siglos de exclusión, sino también avanzar hacia una sociedad más justa y plural; en la que la diversidad no sea una excepción tolerada, sino un pilar fundamental del bien común.

 

 

Rosa Parks, la Motown, los gitanos y el flamenco

by Juan José Suárez Laso

Rosa Parks

Una fucking jodida tarde del uno de diciembre de 1955, Rosa Parks, una hermosa mujer negra con una preciosa florecilla en su pelo no quiso levantarse de su asiento en un autobús de línea para que un blanco, según obligaban las leyes de segregación de los EEUU de América, se sentara en él. Los asientos de la parte delantera de cualquier autobús estaban reservados para los blancos. Era una fucking jodida tarde fría en Montgomery, Estado de Alabama, en el profundo sur del profundo y jodido fucking racismo americano. Ella no estaba cansada después de un largo día de trabajo al servicio de los blancos, lo que estaba era harta de tener que rendirse a la voluntad de cada blanco en todos sus días. Llegó la policía, la detuvieron y estuvo en la cárcel unos días. Las mujeres negras de Estados Unidos vieron en este hecho la ambición de cambiar sus días, sus noches y sus espíritus jodidos.

Ese día cambió la historia del mundo, también la de la música ya que, desde esa tarde de invierno, las mejores voces negras y los mejores compositores de la música norteamericana empezaron a cantar y a componer de otra forma. Sus letras, sus melodías y su rabia dieron lugar a un nuevo sonido, fresco y liberador que trajo el nacimiento, poco después, de un sello discográfico desde donde todas estas intérpretes cambiaron el jodido fucking espíritu del mundo. Y digo del mundo porque la repercusión que tuvieron sus canciones hizo sentirse negra al resto de la humanidad.

Aquí no hablaré de la capacidad de la música de trascender todos los códigos, leyes y prejuicios. Hoy solo quiero reflexionar de la trascendencia de la Motown, ese sello discográfico que tomó este pequeño acto de Rosa Parks para devolver el fucking odio racial al resto del mundo transformado en amor y música, en belleza y reivindicación, en acción política a través de canciones que tuvieron un éxito brutal por todos los rincones del planeta. Todos, blancos y negros, bailaron al ritmo de esas canciones.

La Motown Record es un sello discográfico estadounidense fundado por Berry Gordy Jr. en 1960. Su primera sede la tuvo en Detroit. La Motown desempeñó un papel importante en la integración racial de la música popular negra americana. En la década de 1960 crearon un nuevo sonido Soul. En esa década colocó 79 discos en el top-ten, la lista de éxitos del país. De 1961 a 1971 algunas de las artistas que grabaron en el estudio de este sello fueron The Supremes, con Diana Ross, Las Four Tops, los Jackson Five, Stevie Wonder, The Miracles, Marvin Gaye, The Marvelettes, The Temptation, Otis Redding, Lionel Ritchie, y muchas otras solistas y grupos que han transformado el siglo veinte y han destruido algunas barreras raciales.

Smokey Robinson, uno de los creadores del sello, decía: “En los años sesenta, yo aún no era consciente de que no sólo hacíamos música, sino también historia. Reconocí los puentes que cruzamos, los problemas raciales y las barreras que derribamos con la música. Lo reconocí porque lo viví. Iba al sur en los primeros tiempos de la Motown y el público estaba segregado. Luego empezaron a escuchar la música de nuestro sello y cuando volvíamos al hermoso sur, el público estaba integrado y los niños bailaban juntos y se cogían de la mano.”

Esta discográfica se especializó en el Soul y creó un sonido identificable denominado Sonido Motown que solía utilizar panderetas para acentuar el ritmo de fondo, líneas de bajo eléctrico prominentes, a menudo melódicas, con estructuras y acordes distintivos y un estilo de canto llamada y respuesta que tenía su origen en la música Góspel. En 1971, Jon Landau, el crítico de la revista Rolling Stones, escribió que este sonido consistía en canciones con estructuras sencillas pero con melodías sofisticadas, junto a un patrón de batería de cuatro tiempos, el uso regular de vientos y cuerdas, y un estilo de mezcla de los agudos que se basaba en gran medida en la limitación y ecualización electrónicas (aumento de las frecuencias de gama alta) para dar a la creación un sonido distintivo particularmente eficaz para su difusión por la radio AM. También se utilizaron técnicas de producción Pop, como el uso de secciones de cuerdas orquestales, secciones de trompa y voces de fondo cuidadosamente arregladas. Se evitaban los arreglos complejos y los riffs vocales elaborados y melismáticos. Los creadores del sonido Motown creían firmemente en el principio “Keep it Simple, Stupid!”.

Y es que La Motown es algo más que una compañía discográfica. Supuso en su momento una auténtica revolución más allá de la música. Sus pegadizos temas llenaron los puestos más altos de las listas de éxitos, antes solo reservadas a artistas blancos. De esta manera, el sonido Motown se convirtió en la banda sonora de la lucha por los derechos civiles y contra la segregación racial. Hoy en día, en EEUU, parte importante de la gran industria musical está dirigida por músicos negros que supieron desarrollar y continuar con el legado de esos abuelos negros de los cincuenta. Siguen contando sus historias a través de sus canciones. Siguen reivindicándose y ocupando el lugar del creador en una sociedad que necesita de una figura así para seguir avanzando.

Los gitanos lograron con su cante, hace cerca de doscientos años, que un sonido nacido en las casas gitanas cambiara el espíritu de una época y de un país como España. Aquí toda una sociedad, una cultura se rindió ante el sonido malherido de tanta crueldad y sumisión. El nacimiento del Flamenco es la salida a la calle del dolor de un grupo bendecido por la música y que a través de ella airea su herida para curarla. En cierta zona de Andalucía, desde finales del siglo diecinueve se vivió el cante gitano como una revolución espiritual que mudó al resto del mundo, y es que en Europa, en Japón, en EEUU y en otros muchos países, el Flamenco ha sido y es una música amada, reconocida y que entusiasma al público. ¿Qué fuerza hace que un cante gitano transforme la vida de un filipino, de un chino, de un payo? De esto tampoco hablaré. No puedo, no tengo espacio.

Pero tengo otra pregunta que hacer. ¿Qué ha pasado para que esta música nuestra haya quedado estancada y sin desarrollo a partir de los ochenta y noventa? Llevamos cerca de treinta años sin reconocer al gitano en una dimensión profunda desde su música. ¿Dónde ha quedado escondida, tapada y oculta esa fuerza musical? ¿Qué es lo que ha hecho que el gitano y la gitana dejara de cantar su dolor y dejara de enamorar y cambiar a la gente? Preguntas que me hago porque veo que el Flamenco ha desaparido, porque no hay industria musical dirigida por gitanos desde donde poder ocupar ámbitos de poder social. Y los hubo, porque en los primeros años del siglo veinte, eran los gitanos y las gitanas las que grababan en estudio, creaban industria y desarrollaban un sonido propio desde su creación artística. Y tenían un cierto reconocimiento y poder social. Escúchese las grabaciones de Pastora Pavón, la Niña de los Peines, o de su hermano Tomás Pavón y reconoceremos un sonido de estudio diferente y único creado por los ingenieros de las casas de discos de la época junto a estos artistas que dejaban impronta y exigían un sonido concreto en sus producciones y proyectos musicales. Eran, por lo que cuentan las crónicas, muy rigurosos y orgullosos en sus creaciones.

Años más tarde, Antonio Mairena y Manolo Caracol ocupan el lugar del profesional, del artista que se entrega a su proyección comercial y social creando, ambos, una competencia estilística y vital seguramente dosificada y manipulada para que la repercusión fuera la máxima posible. Recordamos a los “mairenistas” y a los “caracoleros” como esas familias irreconciliables que defendían un tipo de cante, un tipo de Flamenco y, al fin, un tipo de proyección social del gitano y la gitana en el mundo. Mairena desde la Universidad dando conferencias sobre el Flamenco más abierto y universal, y Caracol matizando los “soníos negros” como reclamación del Flamenco puro hecho por gitanos. Nos enseñaban a ser gitanos y gitanas en un mundo que cambiaba y era cambiado, de nuestra postura y colocación en el mundo para seguir transformándolo y enmendándolo.

Luego, en los setenta, recordamos a Lole y Manuel, el sonido de Sevilla con el rock andaluz en ciernes o el rock progresivo como bandera, a los Smash, una época hippie que generó agrupaciones musicales gitanas propias, con sus letras y su sonido. Esos hippies gitanos enseñaron a ser hippies a una generación entera de gitanas y gitanos, les enseñaron a estar en el mundo y a posicionarse en él a través de su obra artística. Los Pata Negra después, en la Sevilla de los ochenta, y para el resto del mundo. Camarón y su experimento social “La Leyenda del Tiempo”. Los propios gitanos y gitanas iban a devolver el Lp a las tiendas de discos porque no entendían tal manifiesto vanguardista. Y eran los propios gitanos los que hacían las producciones, creaban el ambiente necesario para que estos mensajes llegaran. Las Grecas, Los Chorbos, Los Chichos, el sonido Cañorroto de Madrid, muy en la línea estilistica de la Motown por cierto. Solo hay que escuchar aquellos discos y nos asomamos a un ejercicio de traer a España el sonido Motown. En el Madrid de aquellos setenta se veía a gitanos y gitanas vistiendo como los negros de Harlem o el Bronx. Ketama y La Barbería del Sur ya en los noventa con su enorme éxito comercial y giras de primera categoría por el mundo entero. Yo me crie con ellos y puedo decir que me enamoré escuchando una canción de Ketama. Ellos me enseñaron a enamorarme. Y ahí termina la industria musical gitana que no se ha repuesto, no ha continuado o no ha sabido mantenerse. Sellos discográficos que apostaron por una energía que provenía de los propios intérpretes y grupos musicales gitanos, una energía creativa y reivindicativa de cómo ha de situarse el gitano en el mundo.

Los negros, con su industria, continúan generando espíritu e ideas. Los gitanos españoles transformaron el mundo un día, soltaron su odio para transformarlo en amor, pero han dejado de intervenir e influir en la sociedad a base de no tomar al asalto aquello que les pertenece, el Flamenco. Así nuestras reivindicaciones siguen el cauce seco y corto de la política y han dejado de llevarlas por la amplia y fructífera música. Y solo se necesita un fucking jodido estudio de música, gestionado por gitanos, desde donde transformar el Flamenco a un sonido actual y contar, desde producciones cuidadas, nuestras ideas, protestas, quejas más íntimas y contemporáneas. Y creo profundamente en que el gitano, lejos de ser un mal político, es un excelente músico y creador de arte, de proyectos artísticos que calan en la sociedad y la convierten en más sensible, humilde y rica.

Y me diréis, ¿quién puede gestionar un sello discográfico desde donde crear proyectos musicales de intérpretes gitanas y gitanos que generen un buen contenido? ¿Quién puede hacer de ello un éxito comercial con una difusión amplia? Pues no lo sé. Pero sí sé que en cuanto vengan dos o tres primos y primas listas, que no tienen nada que ver con la música y sus entrañas, y que estarán puestas ahí porque han hecho un grado superior en Formación Profesional o son las hijas o hijos de los aburridos gitanos que ocupan un lugar de poder, todo se fucking joderá para dar paso a un aburrido conato de sello discográfico sin ninguna potencia de espíritu, sin potencia musical. Y lo sé porque conozco a estos listos y listas, ¡están por todas partes! y me descubro angustiado al decirlo temiendo que también metan su mediocridad en mi amada Música.

¡No señores! ¡No señoras! Aquí se necesita de músicos que activen producciones musicales con criterio, verdad y talento, que graben a intérpretes y compositores de diferente procedencia y personalidad, pero que tengan algo que decir y, sobre todo, se necesita de personas que tengan un concepto claro de cómo crear un nuevo sonido musical que haga que nuestras reivindicaciones lleguen directamente a través del alma. Da igual el estilo, da igual el salto mortal que haya que hacer, lo importante es crear una pequeña industria musical gitana, un sello discográfico que vaya creciendo con criterio y valor creativo. Si no cambia el Flamenco, éste morirá como lo está haciendo, y ya no tendremos fucking jodida voz con la que disparar y expresar lo que somos. La política, esa vieja moribunda, no es el camino. La radiante música sí lo es. Los negros en los años cincuenta y sesenta lo supieron hacer y ahora continúan con un legado del que nadie duda que es negro de raíz. Los gitanos se han dejado robar su único y más reconocible gesto cultural, espiritual y universal. Y el Flamenco está a punto de desaparecer como instrumento de poder y protesta que cambie nuestro fucking jodido mundo.

Desde aquí a todas las Rosas Parks del mundo que nos ayudaron con un leve gesto a reconocernos independientes, libres y conscientes. Y desde aquí convocar a los gitanos y a las gitanas a pensar acerca de lo que debería ser gestionado por nosotros mismos.

 

¿Vives o sobrevives? (Reflexiones sobre el racismo, el feminismo y el patriarcado)

by Esther Fernández

mujer kalí

El 8 marzo no es la fiesta del día de la mujer sino la reivindicación para visibilizar la pauperización de las mujeres, por el simple hecho de nacer mujeres.

Ahora es muy cool hablar de pobreza energética y feminización de la pobreza, pero solo cuando lo dicen las mujeres blancas occidentales ‘con capacidad de agencia’ y de generar narrativa y opinión social.

Porque las mujeres gitanas llevamos reivindicando estas lamentables situaciones desde hace ya muchos años. Partimos, en comparación con la sociedad mayoritaria, de una posición inferior que nos mantiene en una postura socioeconómica deplorable, donde el ciclo de la pobreza se hereda de padres a hijos. Las feministas empoderadas refieren a la meritocracia como estandarte de superación de todas las problemáticas, si fuera así ¿porque las mujeres siguen en una posición de subordinación? ¿Acaso no se han esforzado o trabajado lo suficiente?

Entonces, revisemos los determinantes socioeconómicos que, sumados al persistente antigitanismo histórico, resulta en una sinergia de diferentes violencias tanto económicas como psicológicas, que atraviesan el cuerpo y las vidas de las mujeres gitanas. Si revisamos apuntes de psicología del primer año de grado, nos encontramos con la olvidada pirámide de Maslow, la jerarquía de las necesidades humanas. Si no tenemos cubiertas las necesidades primarias difícilmente nos podemos proyectar en necesidades superiores, es decir, si no tienes para comer, un techo y agua caliente, difícilmente vas a pensar en costearte una carrera universitaria, ni siquiera un grado superior.

En lo que se refiere al capital social, vaya, la historia sigue teniendo su peso. Las políticas de los años 80 de rápidos realojos en relación a los Juegos Olímpicos getificaron a mucha población, dejándola en una situación económica lamentable, entre ellas muchas familias gitanas. Estas políticas generaron y perpetúan a día de hoy el distanciamiento social entre la población gitana y el resto de sociedad. Este factor que pasa inadvertido y se suele pensar que “los gitanos solo quieren relacionarse con otros gitanos”, ha tenido un impacto significativamente negativo, pues el capital social es importantísimo para el acceso a las oportunidades, tanto laborales como de promoción social.

En relación al ámbito de la salud el impacto es impresionante, indefensión aprendida, efecto Pigmalión, ansiedad, etc. Vivir en modo de supervivencia mantiene el cuerpo siempre en alerta y conlleva estrés crónico y problemas de corazón, entre otros. En fin, a los datos me remito, según la Encuesta de Salud Nacional[1] la esperanza de vida de la población gitana oscila entre 10 y 14 años menos que el resto de población.

Pero para entender mejor esta parrafada tendríamos que revisar un poquito la historia, tal vez así comprendamos mejor.

Siempre hay personas ‘civilizadas y cultas’ que remiten a nuestra cultura como pilar de todos los males acaecidos en la población gitana e, incluso, en la sociedad mayoritaria. Veamos algunos autores que nos pueden ayudar a desentrañar esta concepción del imaginario social:

El origen de las categorías raciales: la colonialidad del poder

(…) la clasificación de las personas según su pertenencia racial que hizo el Imperio Español conformó un sistema jerárquico de estratos sociales en el que los hombres blancos estaban en la cima y las mujeres negras en la base, según la pureza o impureza de su sangre que se establecía según su raza o su cruza racial. (…) Se consolidó así, junto con esta idea, otro de los núcleos principales de la modernidad/colonialidad: Una concepción de la humanidad, según la cual la población del mundo se diferencia en inferiores y superiores, irracionales y racionales, primitivos y civilizados, tradicionales y modernos (Quijano, 2007b: 94-95).[2]

 

El racismo cultural

El “racismo cultural” se articula siempre en relación con los discursos de pobreza, de oportunidades en los mercados de trabajo y de marginalización. El problema de la pobreza o el desempleo de las minorías racializadas se construye como un problema de hábitos o creencias, es decir, como un “problema cultural”, (…) asume que la “cultura” metropolitana es diferente de la “cultura” de las minorías étnicas entendiendo esta diferencia de manera absoluta y esencialista: “somos tan diferentes que no podemos vivir juntos”, “las minorías están desempleadas o viven en niveles altos de pobreza debido a sus valores y comportamientos culturales”, o “las minorías pertenecen a unas culturas tan distintas que no pueden entender las normas culturales de nuestro país”. (Grosfogel, 2007, p. 11) [3]

 

Observamos según los autores que, el poder está estrechamente relacionado con la representación, es decir, las desigualdades se vinculan con las categorías sociales como mecanismo que condiciona los procesos de distribución de roles sociales y acceso a los recursos (riqueza, prestigio, poder, etc.) en base a diferencias entre colectivos socialmente construidos.

 

¿Entonces qué pasa con la población gitana y el antigitanismo?

La construcción de la subalternidad gitana por parte de la cultura occidental se relaciona con categorías como incapaces de autogobernarse, atrasados, incultos, amorales, imprevisibles, apasionados, irracionales, inferiores, vagos, ladrones, criminales, etc. Son calificativos que han sido empleados a lo largo de la historia para referirse a la población gitana; algunos de ellos específicos para las mujeres, como rameras, libidinosas y manipuladoras. Estas clasificaciones han convertido al pueblo gitano en chivo expiatorio de todas las calamidades y crisis económicas acaecidas en el Estado Español, cosa que a día de hoy sigue sucediendo. Otro factor importante a tener en cuenta es que el antigitanismo desactiva el mecanismo de empatía y normaliza la discriminación.

 

(…) Los campos semánticos enfrentados de “civilizado” y “barbarie”, sigue siendo una de las más eficaces arquitecturas normativas de la modernidad occidental. (…) La prolongada historia de etiquetado que ha convertido a los gitanos en epitome de lo indeseable. (…) pocos grupos sociales han sido objeto de un proceso exógeno de construcción cultural de su imagen colectiva tan largo y denso como el que ha recaído históricamente sobre el pueblo gitano. (M. Sierra, 2019: 3-6).

En definitiva, las mujeres gitanas sufrimos una triple discriminación, por ser mujeres, gitanas y de clase social baja, por tanto, lo tenemos más difícil para desarrollarnos en todos los ámbitos. Por poner algunos ejemplos, la falta de recursos económicos se traduce en un bajo nivel académico, puestos laborales precarios o economía sumergida. Sin olvidar las escuelas segregadas, en la cuales hay un mayor porcentaje de inmigración y población gitana con un currículo vehicular muy bajo por parte del centro, que genera un sesgo entre las expectativas de desarrollo y la realidad. Cuando las y los jóvenes llegan a bachillerato no tienen el nivel suficiente y esto causa frustración, conlleva fracaso y absentismo escolar, además de no adquirir competencias en dispositivos tecnológicos, aumentando la brecha digital y generado un sesgo en la adquisición de competencias tecnológicas. Un impacto más a añadir, ahora no se visibiliza, pero en un futuro estas personas, que ya tendrían que estar formadas, están quedando excluidas del sistema antes de cumplir la mayoría de edad.

Pero esto no es cosa de gitanos, España lidera el abandono escolar en la Unión Europea, pues la tasa de abandono escolar de jóvenes de entre 18 y 24 años asciende al 20%[4], datos que refieren al conjunto de la sociedad española. Por lo que podemos concluir que no es que las familias gitanas no se preocupen de que sus hijos asistan a la escuela, como muchas veces he tenido que escuchar. Tal vez, se invierte muy poco en educación y sanidad y demasiado en armamento.

Para finalizar, me gustaría recordar que desde la equidad se puede lograr la igualdad de oportunidades, y que no es una utopía, porque para eso estamos aquí TODAS LAS MUJERES GITANAS, que la fuerza de las jóvenes radica en el consejo de las ancianas.

Sí, se puede. Opre Romnja!

[1] https://www.sanidad.gob.es/areas/promocionPrevencion/promoSaludEquidad/equidadYDesigualdad/comunidadGitana/encuestasNacionales/docs/ENS2014PG.pdf

[2] Colonialidad del poder y clasificación social (A. Quijano. 2015)

[3] Las migraciones coloniales del Caribe a Estados Unidos y Europa Occidental: colonialidades diferenciadas en cuatro centros del sistema-mundo. (Grosfogel. 2017)

 

[4] https://www.eleconomista.es/economia/noticias/7523529/04/16/Espana-lidera-el-abandono-escolar-en-Europa-pero-se-situa-por-encima-en-educacion-superior.html

‘Aunque es de noche’: el cortometraje que llevó algo de luz a la Cañada Real

by Ramón Flores

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El pasado 10 de febrero, el cortometraje «Aunque es de noche» se alzó con el Goya al mejor cortometraje de ficción, un galardón que reconoce el trabajo de Guillermo García López, un cineasta comprometido con la realidad social de nuestro país. Su obra nos muestra la vida del mayor asentamiento irregular de Europa, situado a escasos kilómetros del centro de Madrid. Allí, miles de personas, en su mayoría de la comunidad gitana, sobreviven en condiciones de extrema precariedad, sin luz, sin agua, sin educación, sin sanidad. Sin esperanza.

La película nos introduce en el día a día de Toni, un niño de 12 años que vive en el sector más conflictivo y degradado de La Cañada, el llamado sector 6. A través de sus ojos, vemos la dura realidad de un lugar que parece no pertenecer al siglo XXI, donde la violencia, la droga y la miseria son el pan de cada día. Pero también vemos la esperanza, los sueños, la alegría y la resistencia de quienes no se resignan a ser invisibles.

García López logra crear una obra que combina la ficción y el documental, dando voz a los protagonistas reales de esta historia. Con una fotografía cuidada y una banda sonora envolvente, el cortometraje nos sumerge en un mundo paralelo, donde la luz y la oscuridad se entrelazan. Es una obra que no deja indiferente, que nos interpela, que nos emociona.

Sin embargo, el éxito de «Aunque es de noche» no servirá para cambiar la situación de este lugar. A pesar de haber sido aclamada en festivales internacionales como Cannes, donde se estrenó en 2021, la película no conseguirá despertar el interés ni la acción de las autoridades competentes. Seguirá siendo un problema sin resolver, un agujero negro en el mapa de esa Madrid llena de «libertad», una vergüenza para una sociedad que se dice moderna y abierta.

Es una ironía cruel que un documental tenga que ganar un Goya para visibilizar una realidad que afecta a miles de personas. Una paradoja que «Aunque es de noche» ilumine la pantalla mientras sus habitantes siguen estando a oscuras. Pero, sobre todo, es una tragedia que exista en pleno 2024 sin que nadie haga nada por solucionarlo.

Los gobiernos, tanto el central como el autonómico y el municipal, llevan años prometiendo planes y proyectos para mejorar las condiciones de vida de los residentes, especialmente de la comunidad gitana, la más numerosa y vulnerable. Pero sus palabras se las lleva el viento, y sus acciones son insuficientes e ineficaces. Mientras tanto, el racismo, la exclusión y la desigualdad siguen campando a sus anchas, negando los derechos más básicos a quienes viven en este lugar.

Este espacio es un símbolo de la hipocresía y la indiferencia de una sociedad que mira para otro lado, que prefiere ignorar la realidad de sus vecinos más cercanos. Es un grito de auxilio que nadie escucha, una llamada a la solidaridad que nadie atiende, una demanda de justicia que nadie satisface.

Necesita una solución urgente y digna, que respete la voluntad y la identidad de sus habitantes, que garantice su acceso a los servicios básicos, que fomente su integración y su participación social. Necesita que dejemos de verla como un problema y la veamos como una oportunidad, como una fuente de riqueza y diversidad cultural.

No obstante, la Cañada Real también es un lugar donde se respira vida, donde se tejen redes de apoyo y solidaridad, donde se crean espacios de encuentro y convivencia. Son muchos los colectivos y las personas que trabajan cada día para mejorar la situación de este lugar, desde dentro y desde fuera. Estas iniciativas demuestran que hay esperanza, que hay soluciones, que hay alternativas. Solo hace falta voluntad política y social para llevarlas a cabo.

La Cañada Real necesita que la veamos como lo que es: una parte de nosotros mismos, seamos de donde seamos.

El Romancero Gitano de Lorca (Parte III)

by Juan José Suárez Laso

Anunciación de los Reyes. San Gabriel.

ANUNCIACIÓN DE LOS REYES (SAN GABRIEL. SEVILLA)

Un bello niño de junco,
anchos hombros, fino talle,
piel de nocturna manzana,
boca triste y ojos grandes,
nervio de plata caliente,
ronda la desierta calle.

Sus zapatos de charol
rompen las dalias del aire,
con los dos ritmos que cantan
breves lutos celestiales.

En la ribera del mar
no hay palma que se le iguale,
ni emperador coronado
ni lucero caminante.

Cuando la cabeza inclina
sobre su pecho de jaspe,
la noche busca llanuras
porque quiere arrodillarse.

Las guitarras suenan solas
para San Gabriel Arcángel,
domador de palomillas
y enemigo de los sauces.

San Gabriel: El niño llora
en el vientre de su madre.
No olvides que los gitanos
te regalaron el traje.

II
Anunciación de los Reyes,
bien lunada y mal vestida,
abre la puerta al lucero
que por la calle venía.

El Arcángel San Gabriel,
entre azucena y sonrisa,
bisnieto de la Giralda,
se acercaba de visita.

En su chaleco bordado
grillos ocultos palpitan.
Las estrellas de la noche
se volvieron campanillas.

San Gabriel: Aquí me tienes
con tres clavos de alegría.
Tu fulgor abre jazmines
sobre mi cara encendida.

Dios te salve, Anunciación,
Morena de maravilla.
Tendrás un niño más bello
que los tallos de la brisa.

¡Ay San Gabriel de mis ojos!
¡Gabrielillo de mi vida!
Para sentarte yo sueño
un sillón de clavelinas.

Dios te salve, Anunciación,
bien lunada y mal vestida.
Tu niño tendrá en el pecho
un lunar y tres heridas.

¡Ay San Gabriel que reluces!
¡Gabrielillo de mi vida!
En el fondo de mis pechos
ya nace la leche tibia.

Dios te salve, Anunciación,
Madre de cien dinastías.
Áridos lucen tus ojos,
paisajes de caballista.

El niño canta en el seno
de Anunciación sorprendida.
Tres balas de almendra verde
tiemblan en su vocecita.

Ya San Gabriel en el aire
por una escala subía.
Las estrellas de la noche
se volvieron siemprevivas.

¿Cómo una simple vara de mimbre puede producir tanto desasosiego? ¿Cómo el Arcángel San Gabriel, mensajero de las buenas nuevas, puede portar un tirso tan destructor? ¿No sabías que en la Sombra de esa vara sonríe la Muerte? ¿No habrá sido la Luna quién se la ha regalado? En la iconografía universal de la Anunciación está significada claramente la ejemplar decisión por la vida; sin embargo, en esta Anunciación lorquiana está concentrada la infamia. La perversa Luna disfrazada de Don Juan, arcángel sevillano, seduce y embaraza a una niña gitana, a Anunciación de los Reyes, madre de Antoñito el Camborio, hijo de Ángel y Luna, hijo de dioses.

Lorca nos conduce al conocimiento de los dioses antiguos, a los destructores, los que conforman la realidad. Son las divinidades que guardan una relación de consonancia con el hombre, anterior incluso a la religión. La unión con la naturaleza. Y el gitano pertenece de una manera directa a la divinidad porque no tiene siquiera relación ritual –indirecta- con ella, sino que es íntimamente ella. Es parte de lo divino. Lorca fuerza dramáticamente la figura del gitano para acercarlo, convertirlo en héroe mitológico amarrado a la naturaleza. Como todos los dioses, el gitano pertenece a la unidad de la vida. No tiene la distancia del hombre que busca su lugar, que reflexiona existencialmente. Es uno con el todo. No pretende la búsqueda. Simplemente es.

El día a día del gitano en la época de Lorca es una lucha constante con un mundo hostil y peligroso. Federico ve en la vida de los gitanos que conocía una serie de héroes y heroínas que sacan fuerzas vitales ante una realidad que los condena al lugar del apestado. Y el poeta tenía querencia por las víctimas. Su obra está llena de ellas. Nace una batalla diaria de rechazos continuos donde Lorca toma postura defendiendo siempre al perdedor. El gitano es héroe por su postura vital ante la realidad.

Los poetas son titanes que se atreven a robar la llama de la luz para aliviar la oscuridad de los hombres.

Federico, el rebelde, el alborotador, el ladrón del fuego de la poesía, el poeta del amor, el compasivo, también será castigado por los buitres negros del odio por haber escrito el Romancero Gitano.

 

ROMANCE DEL EMPLAZADO

¡Mi soledad sin descanso!
Ojos chicos de mi cuerpo
y grandes de mi caballo,
no se cierran en la noche
ni miran al otro lado,
donde se aleja tranquilo
un sueño de trece barcos.

Sino que limpios y duros
escuderos desvelados,
mis ojos miran un norte
de metales y peñascos,
donde mi cuerpo sin venas
consulta naipes helados.
*
Los densos bueyes del agua
embisten a los muchachos
que se bañan en las lunas
de sus cuernos ondulados.

Y los martillos cantaban
sobre los yunques sonámbulos,
el insomnio del jinete
y el insomnio del caballo.
*
El veinticinco de junio
le dijeron al Amargo:
Ya puedes cortar, si gustas,
las adelfas de tu patio.

Pinta una cruz en la puerta
y pon tu nombre debajo,
porque cicutas y ortigas
nacerán en tu costado.
Y agujas de cal mojada
te morderán los zapatos.
*
Será de noche, en lo oscuro,
por los montes imantados,
donde los bueyes del agua
beben los juncos soñando.

Pide luces y campanas.
Aprende a cruzar las manos,
y gusta los aires fríos
de metales y peñascos.
Porque dentro de dos meses
yacerás amortajado.
*
Espadón de nebulosa
mueve en el aire Santiago.
Grave silencio, de espalda,
manaba el cielo combado.
*
El veinticinco de junio
abrió sus ojos Amargo,
y el veinticinco de agosto
se tendió para cerrarlos.

Hombres bajaban la calle
para ver al emplazado,
que fijaba sobre el muro
su soledad con descanso.

Y la sábana impecable,
de duro acento romano,
daba equilibrio a la muerte
con las rectas de sus paños.

Federico se sintió siempre un emplazado. Él sabía que estaba emplazado por el tiempo, el amor y la muerte. Incluso aquel fatídico día de julio de 1936, cuando sin saber por qué, decidió ir a Granada.” (Marie Laffranque. Les idées esthétiques de Federico García Lorca. 1967)

El Romance constituye todo un emblema del destino trágico del hombre, emplazado para morir. También de amor. El Amargo representa el grado extremo de las expectativas del ser humano amenazado por la muerte. Configurado como un centauro que tiene que partirse en dos, mitad hombre, mitad caballo, combate entre el instinto y la razón en la encrucijada del amor y de la muerte.

Federico, como todos los hombres, ha sido emplazado. Pero para llegar a ese norte de metales y peñascos hay que cruzar irremediablemente la laguna Estigia, en la barca de Caronte. ¡Caronte aguarda! ¿No será la Luna disfrazada de barquero, rayo violento, la que viene a por él? Sí, es ella.

"Dale café, mucho café" fue la orden para asesinar a Federico.

«Dale café, mucho café» fue la orden para asesinar a Federico.

Las fuerzas negras del odio, representadas por este Caronte fascista, emplazan a Federico a seguirlo, subido en la barca de la muerte. ¿No es acaso este Romance una premonición de su propia muerte? ¿No es acaso Federico, el Emplazado?

Cada Romance de Federico es un alegato y una acusación a leyes crueles y violentas aplicadas, desde el odio y la inquina, por una sociedad perversa que mira a otro lado mientras sus iguales sufren el desprecio y el crimen. El ansia eugenésica vomita sobre el gitano lo más podrido del ser humano. Si Lorca no hubiese existido, los gitanos estarían, todavía, en el limbo primitivo del desamparo, pero gracias a él, pertenecen por derecho propio al mito de los héroes universales. Él, con su aliento poético, dio al gitano presencia social e histórica, hizo de él un ciudadano con su propia particularidad y circunstancia. Dio visibilidad a una comunidad fuera del orden. Orden, autoridad y comunidad que no contaba con los gitanos para nada. Lo elevó a leyenda y lo reconoció como una cultura que ofrece una visión del mundo más hermosa y tolerante.

A este pueblo, el más pródigo y antiguo afincado en Europa, imbuido por una envidiable aspiración de libertad y alforja de la más exquisita cultura, se le sigue dando por contrario y dañino por no acatar las leyes y rebelarse con pericia a cualquier norma que pudiera restringir su afán de libertad. Sabe, como nadie, que la vida es un guiño del sol y proclama a los cuatro vientos que para ser libres no hay que poseer ni tumba ni casa, disfrutando así del hermoso regalo de la vida. Federico García Lorca ha mirado al gitano, por amor, como nadie ha sabido hacerlo.

Su Romancero es una creación periodística poderosa en la que Lorca acusa unos hechos que trascienden el dolor humano individual. Da cuenta de una serie de leyes institucionales y un miserable racismo interiorizado, en la España de la época, dirigidos al exterminio del gitano. Más allá de su evidente riqueza y altura poética, Lorca nos muestra, en una crónica episódica macabra, la realidad, la conciencia, la relación y la forma de tratar del poder en España a los gitanos durante siglos enteros. Este Romancero está en la línea y sentido de los Desastres de la guerra” de Goya. Tiene el mismo peso como documento periodístico, informativo y revelador de una situación de podredumbre social donde el gitano, una vez más, es el objetivo de un odio histórico donde la muerte civil o exterminio es el anhelo. Aquí no hay guerra contra el francés, aquí está documentado y descrito el ultraje de una época, de una sociedad y de sus conciudadanos a un pueblo diferente que sufre el ansia y el abuso de la degenerada idea totalitaria de uniformidad.

 

El asesinato de Federico García Lorca.

Ante los reiterados avisos de poder ser asesinado, Lorca rechazó las ofertas de exilio y se dirigió a la Huerta de San Vicente para reunirse con su familia. Llegó allí el 14 de julio de 1936. El día 20, la guarnición militar de la ciudad se sublevó y en poco tiempo el centro de Granada estaba en poder de las fuerzas sublevadas. El cuñado de Federico y alcalde de la ciudad, Manuel Fernández Montesinos, fue arrestado en su despacho del ayuntamiento. Sería fusilado, ejecutado sin juicio, un mes más tarde.

Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política.” Decía el poeta.

En Granada buscó refugio en casa de la familia de su amigo el poeta Luis Rosales, donde se sentía más seguro. Dos de los hermanos Rosales, en los que confiaba, eran destacados falangistas de Granada. Durante la tarde del 16 de agosto, fue detenido por Ramón Ruiz Alonso, un exdiputado de la CEDA que sentía un profundo odio por su mentor, Fernando de los Ríos, y por nuestro poeta. Según el biógrafo de Lorca, el hispanista Ian Gibson, se sabe que esta detención “fue una operación de envergadura. Se rodeó de guardias y policías la manzana donde estaba ubicada la casa de los Rosales, y hasta se apostaron hombres armados en los tejados colindantes para impedir que por aquella vía tan inverosímil pudiera escapar la víctima”. Ramón Ruiz Alonso, poeta frustrado, había denunciado a Lorca ante el gobernador civil de Granada José Valdés Guzmán. Y Valdés consultó con Queipo de Llano lo que debía hacer, a lo que éste le respondió: «Dale café, mucho café». Según el historiador Ian Gibson, se acusaba al poeta de «ser espía de los rusos, estar en contacto con éstos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y de ser homosexual». Fue trasladado al Gobierno Civil, y luego al pueblo de Víznar donde pasó su última noche en una cárcel improvisada, junto a otros detenidos.

Después de que la fecha exacta de su muerte haya sido objeto de una larga polémica, parece definitivamente establecido que Federico García Lorca fue fusilado a las 4:45h de la madrugada del 18 de agosto de 1936, en el camino que va de Víznar a Alfacar con treinta y ocho años. Su cuerpo, que jamás se recuperó, permanece enterrado en una fosa común anónima en algún lugar de esos parajes, junto con el cadáver de un maestro nacional, Dióscoro Galindo, y los de los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Alcollar, ejecutados con él. Juan Luis Trescastro, familia de los García Lorca, presumiría días después de haber participado personalmente en los asesinatos, recalcando la homosexualidad de Lorca. «Él fue quien, después del asesinato, contó que le había metido dos balas en el culo por maricón» sostiene Ian Ibson.

“Siento una grandísima inquietud. Es una inquietud de vivir, que parece que mañana me van a quitar la vida.” Esto confesaba Federico.

“El veinticinco de junio

abrió sus ojos Amargo,

y el veinticinco de agosto

 se tendió para cerrarlos.”

En estos versos del romance de ‘El Emplazado’ Lorca habla de él mismo. Federico nació un cinco de junio y fue asesinado un dieciocho de agosto.

El 23 de abril de 2015 se hizo público un informe policial fechado el 9 de julio de 1965, basado en una investigación realizada ese mismo año, que corroboraba la ejecución de Lorca por las autoridades franquistas. En el informe se le acusaba de «socialista», amigo de Fernando de los Ríos, y «masón, perteneciente a la logia ‘Alhambra’, en la que adoptó el nombre simbólico de ‘Homero’», y le atribuía «prácticas de homosexualismo y aberración». También afirma que fue condenado a muerte tras «haber confesado», aunque no especifica qué habría confesado. El informe fue redactado por la 3ª brigada regional de investigación social de la Jefatura Superior de la Policía de Granada. El informe fue oculto por la dictadura franquista.

 

Con esta publicación termino la serie de artículos dedicados al “Romancero Gitano” de Lorca con la sensación de haber aportado un análisis diferente de la obra. Surgen muchas cuestiones que dejamos abiertas porque de un texto, de una obra poética tan extensa y compleja, siempre quedan retazos y sendas por recorrer. La intención última de esta serie de artículos ha sido la de mostrar al lector un examen del “Romancero Gitano” lo más sincero posible, cuando por sincero entiendo que Lorca, más allá de su altura poética y proyección artística, quiso dejar constancia del sufrimiento del pueblo gitano en España durante una época concreta.