Godǐpen bodlo thaj zèleno (pensamiento azul y verde)
by David Cortés Cortés
Todas las ciudades de Europa que hablen de valores democráticos, de libertad, concordia, de paz, deben tener un Plan Estratégico Contra el Antigitanismo. Lamentablemente hasta que el efecto Pigmalión siga instaurado en el sistema educativo y campe a sus anchas en las escuelas ubicadas en barrios estigmatizados, las fuerzas del orden criminalicen en base al perfil no-blanco, las fuentes de producción económica actúen desde el despotismo y el etnocentrismo, mientras que en las administraciones públicas y entidades sociales tengan cabida la utilización de argumentaciones discriminatorias y subyugadoras, mientras que la Romanipen no se muestre al mundo desde la diversidad, la verdad, desde la libertad de un pueblo que late con su propia sangre, y no como un grupo humano cristalizado en una cultura trivial, perpetuada en la reminiscencia, heredera congénita de la resiliencia, ahistórica y perteneciente al hábitat del gueto, los Derechos Humanos para el Pueblo Gitano seguirán siendo una utopía, seguirán sin representarnos y seguiremos sin sentirnos amparados por declaraciones vacías.
El Pueblo Gitano, el cual siente, abraza y da un valor añadido a los valores universales que representan la vida y la humanidad, somos el único pueblo en la tierra que no ha provocado una guerra. El sentimiento de unidad que trata de transmitir Europa, en las gitanas y en los gitanos ese sentimiento de transnacionalidad forma parte de nuestra cosmovisión, haciendo que todos los Rroma del mundo seamos hermanas y hermanos. Somos un pueblo que desde que salimos de la India hemos transmitido al mundo nuestra riqueza y de la misma forma hemos aportado a Europa gran parte de los progresos provenientes de oriente. En cambio, jamás hemos tratado de dominar, ni esclavizar a ningún otro grupo humano. De ahí que seamos un Pueblo que siempre ha luchado por no ser asimilado, lo que ha conllevado a que abracemos con mayor fuerza y orgullo nuestra Romanipen, lo que nos ha permitido que hoy podamos seguir siendo un Pueblo y que nuestra identidad brille en nuestro interior con luz propia.
Mediante expulsiones, esclavizaciones y genocidios, se ha tratado de extinguir nuestra existencia, de hecho fuimos desposeídos de nuestro idioma, de nuestros apellidos, no nos permitieron que transmitiéramos nuestra Romanipen a través de nuestros oficios, formas típicas de vestir, nuestra visión del mundo. Dolorosamente se ha negado nuestro dolor, nuestra historia, nuestro patrimonio intelectual y cultural.
El Antigitanismo en la historia se ha manifestado a través de la religión, de la ciencia, de las élites académicas, de la sociopolítica, generando ramificaciones y focos de radiación antigitana, causando graves secuelas en la sociedad, generando una conciencia más tolerante al odio y a la discriminación, ha solidificado errores cognitivos, ha estimulado cosmovisiones fundamentadas en la ignorancia y en el alfabetismo de los valores humanos.
El Antigitanismo es un racismo residual, capaz de mutar en el tiempo, de manifestarse desde distintas lógicas y de trascender a todos los ámbitos y esferas, logrando estructurarse desde el ámbito doméstico, hasta las propias instituciones públicas. Asimismo debemos entender que el Antigitanismo es un racismo que promueve la colonización mental, por ese motivo se deben iniciar nuevos marcos teóricos que analicen científicamente y desde un pensamiento genuinamente romaní, cuestiones como la colonización y el estudio de la génesis del Antigitanismo.
Este racismo está provocando que la Romanipen se muestre al mundo desde la marginalidad y la criminalización, que nuestra producción económica se encuentre en un déficit permanente, con lo que tenemos serias dificultades para consolidar nuestro bienestar.
Las narrativas expeditadas por las élites académicas y del poder, así como investigadores/as, sociólogos/as, etc. acerca de aquello que supuestamente somos el Pueblo Gitano, han mostrado al mundo una “cultura gitana” que no es la nuestra, una imagen supeditada y “casualmente” favorable a las instituciones públicas, a la hora de justificar la generación de las bolsas de marginación, que para tantos es tan suculenta y generadora de economía, unas lógicas potenciadoras y abastecedoras de las ideologías y de las mentes más extremistas fundamentadas en el odio. Unas narrativas que han servido de espejo, impidiendo ver los campos y los cielos a través de las ventanas de la libertad.
Dolorosamente tengo que decir que bajo los mismos criterios que se constituyen esas narrativas, actualmente, llamémosla por respeto a aquellas personas que actúan con un corazón limpio, pseudo-sociopolíticas, seudo-entidades sociales, seudo-instituciones públicas, sus argumentaciones mantienen un paralelismo con dichas narrativas y lógicas, ya que estas argumentaciones están generando y perpetuando una situación, que además están justificando los prejuicios y por defecto generando sinergias de odio.
El Antigitanismo es junto con al Antisemitismo, la Islamofobia, la Homofobia, la Violencia de Genero, la Negrofobia, uno de los mayores males a los que universal y localmente debemos hacer frente, pero dolorosamente el Antigitanismo es un racismo permisible, muestra de ello es la libre apología que se hace de este racismo en los medios de comunicación. Al no ser tratado, mediante normativas y leyes especificas, la sociedad tiene acceso a la radiación y empoderamiento del Antigitanismo, como un elemento de defensa cultural.
Por tanto este terrible racismo debe formar parte de manera prioritaria de la agenda política, es de suma urgencia desarrollar leyes y normativas específicas contra el Antigitanismo. Para revertir esta situación hasta ahora, exceptuando honrosas excepciones, se han llevado a cabo políticas y acciones sociales enfocadas en el paternalismo, el asistencialismo, la integración, la sensibilización, estos marcos de actuación únicamente se centran en los damnificados, pero no en los “damnificantes”. ¿Sin antes destruir el tanque destructor, que lógica tiene construir apartamentos nuevos? Por esa razón es de suma importancia iniciar un camino hacia la derogación del Antigitanismo.
Es necesario buscar nuevos marcos de actuación enfocados en la generación de nuevas políticas y acciones sociales más intelectuales y de calidad, fundamentadas en la libertad cultural, en la gestión eficiente de la diversidad, en la justicia social, la biopolítica, en el desarrollo de nuevos marcos teóricos basados en la descolonización cultural, la elaboración de nuevas argumentaciones y narrativas que ridiculicen y pulvericen dichas narrativas y argumentaciones Antigitanas.
Como ha ocurrido con otras minorías, es por derecho que el Pueblo Gitano ocupe cargos de representación pública y política, es por ello que las gitanas y los gitanos tenemos el derecho de tomar las riendas de nuestro propio futuro, de tomar decisiones que nos afecten al Pueblo Gitano, pero también decisiones de Estado, construir nuevos paradigmas más democráticos y fundamentados en la diversidad, la equidad , la concordia y la Romanipen.
Es hora de iniciar un proceso de des-trivialización de la cultura gitana, dejar de confundirla y asimilarla con la pobreza y la marginalidad. Es hora de que la perspectiva positiva del Pueblo Gitano se generalice, y que la profesionalidad y el éxito de las gitanas y los gitanos no se conozca a través del “a pesar de ser gitano”.
Es hora de sentarse y establecer nuevas reglas y sinergias que transformen los conceptos y las metodologías, es hora de renovar nuevos acuerdos sociales que estimulen la activación de una conciencia más activa en Pro del Dialogo Intercultural y de los Derechos Humanos, es hora que nos miremos mutuamente, comprendiendo que todos los grupos humanos educamos a nuestros hijos e hijas de la misma forma, buscando que amen, respeten y protejan los valores que representan la vida y la humanidad.
Se debe iniciar un proceso de reparación de la historiografía y el idioma, y la respuesta debe darse a través de la educación obligatoria. Necesitamos establecer espacios donde se difunda, desde la diversidad el pensamiento romaní, nuestras aportaciones intelectuales, históricas y actuales, mostrar al Pueblo Gitano por encima de las lógicas y las narrativas Antigitanas. Necesitamos que se establezcan módulos universitarios que capaciten a profesionales desde el conocimiento y la empatía, y no desde los estereotipos y la banalidad.
Es necesario que se establezca un Plan Estratégico Contra el Antigitanismo, en todos los ámbitos, necesitamos establecer agentes y observatorios que velen por la equidad, la democracia y la no discriminación. Es de vital importancia que los órganos que trabajan en pro de los Derechos Humanos actúen por oficio en contra de las injusticias y aquellos elementos que menoscaben la paz, la libertad y la dignidad humana. Es hora de cambiar los circuitos y que sean los servicios públicos y privados los que deban de demostrar que no han discriminado y que no han tenido un comportamiento racista, actuando en consecuencia con éstos, penalizándolos y desamparándolos administrativamente. Es necesario sentarse y analizar como nuestras hermanas y hermanos iniciaron y desarrollaron la lucha contra el Apartheid, el estudio de los procesos de como establecieron la lucha contra el Antisemitismo, hay que establecer paralelismos con las leyes y normativas que se establecen en las políticas contra la violencia de género y la homofobia.
Aunque existe un camino recorrido en materia de reconocimiento, en materia de restauración de la memoria histórica del Pueblo Gitano no existe un camino real iniciado. Es por ello que no podemos conformarnos, debemos seguir caminando e iniciar el camino de la restauración. Hablar de restauración histórica y deuda histórica, es hablar de dos caras de la misma moneda. Es hora de que se haga justicia contra los Crímenes Humanos cometidos a lo largo de la historia contra el Romano Them, Pueblo Gitano, potencialmente ejecutados por los autoritarismos de las élites de poder, la religión y la monarquía, el nazismo, el fascismo, las dictaduras, etc.
Esta terrible deuda contraída con el Pueblo Gitano debe ser restituida por justicia, y la justicia no se pide, se exige.
Competir en una carrera sin meta hace infinita una prueba atlética, correr por llegar antes dentro del vagón de un tren, no produce más que ansiedad y agotamiento, caminar por el bosque entre los árboles, sin mapa, ni brújula es andar en círculos.
OPRE ROMA!