El muro del dolor
by Seo Cizmich
El 2 de agosto de este año pude asistir como invitado a los actos de Conmemoración del Día Internacional en Recuerdo de las Víctimas Romaníes del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial, pero en esta ocasión no fue en Auschwitz, sino en el pueblo de Uštica, apenas a unos minutos de uno de los lugares más horribles e inimaginables para el sufrimiento de nuestro pueblo, me refiero al campo de concentración y exterminio de JASENOVAC.
El evento fue organizado por la Asociación “KALI SARA” de Zagreb, en colaboración con el diputado romaní de Croacia Vejko Kajtasi.
A la ceremonia de conmemoración asistieron los más altos funcionarios estatales, además de representantes romaníes de diez países europeos y de la región. Hubo representación del cuerpo diplomático de Croacia, de la Alianza Antifascista y de las administraciones locales y regionales. También asistieron las comunidades religiosas entre las muchas otras que rindieron homenaje a las víctimas depositando ofrendas florales junto a la placa conmemorativa en el Cementerio Romaní.
Después de la ofrenda floral, Vejko Kajtazi, en nombre de la organización, acompañó a los invitados a un recorrido por el Centro Conmemorativo Romaní y por el Muro del Dolor.
En este mismo lugar el pasado año, a iniciativa del propio Kajtazi se inauguró oficialmente el “Centro de Memoria Romà Uštica”, en cooperación con el Gobierno de la República de Croacia y la ciudad de Zagreb.
¿Por qué en Uštica?
“El Centro de Memoria Romà Uštica” se encuentra en las inmediaciones del más grande y único cementerio romaní de toda Europa, donde se estima que 17.000 personas romaníes fueron deportadas, torturadas y asesinadas durante la Segunda Guerra Mundial.
Hasta ahora, han sido encontradas 21 fosas comunes con los cuerpos asesinados de las miles de víctimas.
Es importante recordar que el campo de exterminio de Jasenovac fue establecido por el régimen Ustaša y no dependía de la Alemania nazi, lo cual no fue un impedimento para conseguir el reconocimiento como el de mayor tamaño en proporción pero también el más sangriento y violento.
El diputado romaní Veljko Kajtazi es conocido por su magnífica labor en la recuperación y reparación de la memoria y dignidad de las víctimas gitanas del Holocausto. Entre las que podemos destacar la iniciativa que ha liderado desde 2011 para la reconstrucción del cementerio de las víctimas gitanas en Uštica que se encontraba completamente abandonado y sin apenas ningún mantenimiento.
A día de hoy está restaurado en su totalidad y en uno de sus tres mástiles ondea la bandera gitana, junto a la croata y a la de la unión europea.
El siguiente paso a la finalización del cementerio de las víctimas -antigua fosa común- ha sido la construcción de “El Muro del Dolor”, un conjunto de losas de granito que contienen las inscripciones de los nombres de las miles de víctimas romaníes asesinadas en Uštica.
Hasta ahora se pudieron recuperar casi 17.000 de estos archivos.
Conocer los testimonios y el horror de lo que allí aconteció a nuestra gente me desgarró el alma, apenas podía contener las lágrimas, ni tan siquiera mantener el ritmo de la respiración. Me parecía irreal, era incapaz de imaginar las escenas que se describían…entonces pensé en ella, la imagen de mi abuela Sarajka, su presencia estuvo presente y me acompañó durante toda la jornada, inundaba mi mente, la veía en cada rincón, cobijada a la sombra del árbol más frondoso, sentada junto a mi…
Ella logró sobrevivir a la barbarie, al horror, a la masacre. ¡Cuánto dolor sufrido que jamás se atrevió a contar! ¡Cuánta tragedia tuvo que presenciar a su temprana edad!
¡Qué injusta ha sido la historia con nuestro pueblo, con nuestras familias, con nuestro futuro!
¡Cuántas almas no nacidas nos han sido arrebatadas, robadas, negadas!
70 años de silencio
Como dijo Vejko Kajtasi: “El Pueblo Romaní ha permanecido en silencio durante más de 70 años para contar públicamente la historia del sufrimiento, de familiares, mujeres, niños y ancianos asesinados, que no recibieron disparos aquí en Uštica, sino que fueron golpeados hasta la muerte con un martillo.
Esto es lo menos que podemos hacer por ellos y sus familiares, junto a las generaciones más jóvenes para concienciarlos sobre lo que nunca debe volver a ocurrir, ya no solo a los romaníes sino a ningún otro grupo, colectivo o comunidad”
En los días previos, del 13 al 21 de julio, la Asociación Gitana «KALI SARA» organizó la Primera Escuela de Verano para jóvenes “Enfrentando el Pasado”.
Durante estos últimos diez años, centenares de jóvenes de toda Europa hemos tenido la posibilidad de participar en diferentes encuentros y ceremonias de conmemoración por las víctimas Romà y Sinti del holocausto, pero debemos tener en consideración que estos diez años también coinciden con el momento en el que muchas de las víctimas que sobrevivieron a la barbarie pudieron comenzar a verbalizar y dar testimonio de su experiencia.
Ese intercambio intergeneracional del que hemos sido testigos significa mucho más de lo que mentalmente podamos imaginar, el haber podido coincidir en el “espacio – tiempo” con estas magnificas y extraordinarias personas, representa un legado, una misión, una actitud frente a la vida.
Nos obliga a replantearnos esquemas mentales y dogmas asimilados, a convertirnos en defensores de la justicia social, en portadores de luz y memoria, pero sobre todo en desarrollar la capacidad de poder transformar todos esos sentimientos de dolor y rabia que podamos sentir al descubrir estos episodios tan oscuros y trágicos de nuestra historia para poder convertirlos en esa fuerza motriz que nos impulse a vencer las barreras y muros de hormigón que la historia del antigitanismo fueron levantando a nuestro alrededor.