¿Relacionaban al Pueblo Gitano con el voto a la extrema derecha?
by Paco Vargas
Las pasadas elecciones municipales que hemos vivido, el 28M, marcan un nuevo escenario para el Pueblo Gitano. La incorporación de personas gitanas en diferentes candidaturas nos da aliento, fuerza para seguir reivindicando la ocupación de espacios públicos y de decisión.
No es asunto menor que, a priori, las necesidades que tienen los gitanos y gitanas tengan un altavoz dentro del sistema institucional y político, allá donde se toman decisiones que condicionan y transforman realidades.
Cierto es, que todavía no se da con la frecuencia ideal o esperada; la infrarrepresentación de la comunidad gitana en la vida política de este país es un hecho que no podemos obviar, como tampoco podemos obviar que hemos subido algún escalón – en importancia – dentro la agenda pública de la mayoría de fuerzas políticas.
No es de extrañar – aunque sí de celebrar – que algunas personas gitanas hayan dado este paso, que los partidos cuenten con nosotros para conformar sus listas y que, incluso, en algunos casos, hayan sido elegidos por la ciudadanía.
¿Cómo se traducirá esto, en relación con medidas, propuestas o políticas, dirigidas de forma explícita a combatir el antigitanismo en todas sus formas?
Sé que esto es crucial para muchos, pero considero que todavía es demasiado pronto para hacer valoraciones de este tipo. Hay esperanza, el trabajo llevado a cabo durante décadas ve su fruto, pero ahora también tenemos que apoyar, que nuestra fuerza no se diluya en el éxtasis de celebrar el haber llegado a la meta, porque, además, esto no es más que el inicio.
No sería riguroso hacer un análisis o reflexión sobre lo ocurrido en estas pasadas elecciones sin mencionar, muy a mi pesar, la entrada de la extrema derecha prácticamente en todos los consistorios municipales.
¿Qué relación tiene esto con el Pueblo Gitano? ¿Es cierta la correlación esperada -por algunos sectores de la sociedad- de voto a partidos de extrema derecha en los barrios en los que vive un gran porcentaje de personas gitanas?
A continuación, y con el objetivo de desmontar este mito, analizaremos los resultados electorales de barrios como: La Mina (Sant Adrià de Besòs), Sant Roc (Badalona), San Cosme (El Prat de Llobregat) o Font de la Pólvora (Girona).
Es importante ser conscientes de esta peligrosa narrativa y de cómo esta pretende introducirse en el ideario de las personas gitanas, con el único objetivo de ampliar el techo de voto en determinados sectores de la población.
En el barrio de La Mina, el PSC ha sido el partido más votado, alcanzando en algunas calles (sectores del barrio con mayor proporción de personas gitanas) más del 60% del total de los votos y, dejando una diferencia considerable con la segunda fuerza más votada, Vox, que alcanzó el 15% de los votos en el barrio. Por lo que, en este caso, el PSC llegó a cuadruplicar en porcentaje de voto al partido de ultraderecha.
En el barrio de Sant Roc, en Badalona, el PP y el PSC copan prácticamente el 80% de los votos del barrio, mientras que VOX osciló entre el 2 y 5%, dependiendo del sector del barrio.
En San Cosme, el PSC, excepto en un distrito censal en el que el PP es la fuerza más votada, es la primera fuerza política con alrededor del 35% de los votos; dejando a Vox con unos resultados casi residuales.
En este barrio, las fuerzas de izquierdas PSC y ECP agrupan alrededor del 70% de los votos totales; por lo que, una vez más, observamos cómo el mito que relaciona comunidad gitana con voto a Vox o partidos de ultraderecha, no es cierto.
Por último, observamos los resultados que se han dado en el barrio gironí Font de la Pólvora.
En este caso, el voto socialista obtuvo más del 75% de los votos. Podríamos comentar que, el porcentaje de voto a Vox se situó en el 6,8%.
Así, aún habiendo estado sometidos a una maquinaria tan influyente orquestada por los medios de comunicación que predecían que, en los barrios en situación de vulnerabilidad y con un alto índice de personas gitanas, nos convertiríamos en un aliado de la ultraderecha y en la puerta que les daría el acceso a los consistorios municipales, se desmonta con tan sólo echar un vistazo a los últimos resultados electorales.
No es casual que se generen estas narrativas que correlacionan a los gitanos con lo negativo o peligroso, no lo es. Y esto debemos tenerlo claro. Todos.
Es importante que todos estemos atentos, la ola de ultraderecha es una realidad que estamos viviendo en Europa, España y Cataluña. Pero no debemos bajar la guardia, nuestros derechos y el futuro de nuestras sociedades depende de ello.
Al igual que no debemos bajar la guardia cuando se nos relaciona con determinados partidos o fuerzas políticas. Porque sólo el Pueblo Gitano debe ser dueño de sus opciones. Libre para decidir hacia dónde va y qué caminos toma para ello.
Con esta pequeña reflexión no pretendo cambiar nada, más bien esto mismo, que entre todos seamos capaces de reflexionar, de entender que no podemos bajar la guardia, porque nos jugamos mucho en ello.
Y, aunque la llegada de las fuerzas de extrema derecha se ha convertido en una realidad, prácticamente, en todos los municipios e instituciones públicas del país, es importante destacar también el aumento de la participación electoral entre la comunidad gitana y cómo este ejercicio de hacer efectivo el derecho a voto se ha convertido en algunos municipios en un elemento decisorio. ¿Es esto debido al aumento de candidatos gitanos en las listas electorales? ¿Es causa de una toma de conciencia de la comunidad gitana sobre aquellos espacios que determinan sus condiciones de vida? ¿Es fruto de las medidas pro gitanas que se han ido legislando o introduciendo los programas electorales en los últimos tiempos?
Quizá no sea ninguna de estas cuestiones en exclusiva, sino un poco de todas, lo que ha provocado esta movilización en aumento entre nuestra gente, por lo que, también, tenemos mucho que celebrar… Celebrar sin bajar los brazos, y esperando que esto no sea más que el inicio de una ola de participación gitana.