El idioma Romaní: La joya escondida
por Ramón Flores
Hace poco más de un mes se llevó a cabo el Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), que ofreció una propuesta interesante: el taller de léxico caló y romaní en el castellano de la baja Andalucía. Este taller fue dirigido por Joaquín López Bustamante, periodista, escritor y gestor cultural, y tuvo lugar en la Fundación Caballero Bonald de Cádiz durante dos días consecutivos. El objetivo era enseñar a cualquier interesado sobre el mestizaje y la interculturalidad de la lengua española, y en este caso con el caló y el romaní.
Un punto interesante a reflexionar, ya que se pone de manifiesto la importancia de la preservación de las lenguas minoritarias.
La extinción masiva de especies es un hecho que se ha convertido en la marca registrada de nuestra época. Pero no es solo la fauna y la flora la que está en peligro, también lo están los idiomas. Los lingüistas no pueden determinar con exactitud cuántos idiomas existen hoy en día, ya que el idioma de un lingüista puede ser considerado como un dialecto por otro. Por ejemplo, algunos consideran los ‘idiomas’ danés, noruego y sueco como ‘dialecto’ de un ‘idioma escandinavo’ porque comparten estructuras, vocabulario y experiencias culturales, y son mutuamente comprensibles.
Los idiomas pueden caracterizarse como en peligro de extinción y se extinguen cuando muere el último hablante de un idioma. Cuando eso sucede, el idioma y la cultura desaparecen sin apenas rastro, ya que muchos de los idiomas que estamos perdiendo no han dejado evidencia escrita o registrada. De hecho, muchas lenguas extintas sólo se hablaban, no se escribían. Como el romaní, históricamente lengua transmitida oralmente.
La importancia de la preservación de los idiomas no puede ser subestimada, mucho menos el romaní. Es un tesoro de la humanidad, y su pérdida significaría la desaparición de una forma única de pensar, expresarse y entender el mundo. Además, la preservación del romaní es fundamental para la diversidad cultural y la promoción del diálogo intercultural en las sociedades actuales.
En particular, el romaní, que es hablado por las comunidades gitanas en casi todo el mundo, está en peligro. La lengua romaní tiene una rica historia y cultura, y su preservación es crucial para la identidad y la autoestima de las comunidades gitanas. Es importante que se inviertan recursos en la difusión y enseñanza de la lengua romaní, para asegurar que esta lengua no desaparezca en el futuro.
Porque las lenguas minoritarias son una de las formas más antiguas y poderosas de comunicación humana. Ellas nos permiten compartir conocimiento, transmitir cultura y crear una conexión profunda con nuestro entorno.
La aniquilación física de comunidades de hablantes nativos es una de las principales causas de la extinción de lenguas. Históricamente, los colonos europeos llevaron muerte y destrucción a muchas comunidades nativas en todo el continente americano de norte a sur. Todo esto llevó a la pérdida de numerosos idiomas y culturas. A pesar del genocidio y la persecución a las comunidades romaníes a lo largo de la historia, el romaní aún sobrevive a duras penas.
No olvidemos que, cuando un idioma desaparece, también lo hace la cosmovisión, la cultura y el conocimiento de las personas que lo hablaban. Esto es una pérdida para toda la humanidad. Las personas que viven en contacto directo con su entorno tienen un conocimiento profundo de su hábitat. Cuando su lengua se extingue, se pierde la sabiduría que tienen sobre la relación con el mundo, sus creencias filosóficas y religiosas, así como su expresión cultural (en música, artes visuales y poesía) que ha enriquecido tanto a los hablantes de esa lengua como a otros que se habrían encontrado con esa cultura.
En contraposición a lo que algunos argumentan, el mundo no sería un lugar mejor si todos hablaran inglés. De hecho, el mundo se empobrecería profundamente por la reducción de distintos idiomas y culturas y por supuesto sería mucho peor sin la lengua romaní. Es de vital importancia educar a las generaciones presentes y futuras en todas las facetas del idioma y la cultura gitana, así como en las artes y su integración en la cultura popular, ya que produce y producirá inmensas recompensas.
La preservación de la lengua romaní es especialmente importante en este sentido. Esta lengua es hablada por más de 10 millones de personas en todo el mundo y es una parte fundamental de la cultura de los pueblos gitanos. De hecho, la lengua es una de las características más distintivas de nuestras comunidades en muchas partes del mundo y se ha mantenido a lo largo del tiempo como una forma de resistencia contra la discriminación y la marginación.
Para las comunidades gitanas, preservar la lengua no solo es importante para mantener su identidad cultural, sino también para promover la igualdad y la justicia social. La lengua romaní es un medio para dar voz a una comunidad que ha sido marginada y discriminada durante siglos. La lengua es una parte vital de la cultura gitana, que ha sido transmitida de generación en generación a través de cuentos, canciones, poesía y otras formas de arte. La preservación de esta lengua no solo significa preservar una forma de comunicación, sino también preservar la riqueza y diversidad cultural de una comunidad.
La preservación de la lengua romaní es una forma de afirmar su identidad y luchar contra la discriminación. A lo largo de la historia, los hablantes del romaní han sido marginados incluso dentro de su propia comunidad, con la lengua gitana siendo vista como una forma inferior de comunicación.
No olvidemos que la lengua romaní también puede desempeñar un papel importante en la promoción de la justicia social. Las comunidades gitanas a menudo son víctimas de discriminación y exclusión social en áreas como la educación, el empleo y la vivienda. La promoción de la lengua puede ayudar a fomentar una mayor comprensión y respeto por la cultura romaní, lo que a su vez puede llevar a una mayor inclusión y equidad.
En un mundo cada vez más globalizado, la diversidad lingüística y cultural se ha convertido en una necesidad cada vez más imperativa. La preservación de las lenguas minoritarias, como el romaní o el caló, no solo es fundamental para la preservación de la identidad y riqueza cultural de sus hablantes, sino también para enriquecer el patrimonio lingüístico de la humanidad en su conjunto.
Es en este contexto que eventos como el Congreso Internacional de la Lengua Española adquieren un valor incalculable, al fomentar el mestizaje y la interculturalidad del idioma, y por extensión, celebrar y preservar la diversidad lingüística y cultural de nuestro mundo. El hecho de que la lengua gitana esté ganando terreno en estos espacios, es una señal esperanzadora que debe ser reforzada y celebrada.
Es tiempo de dejar de lado los esfuerzos homogeneizadores del lenguaje y la cultura, y en su lugar, abrazar la riqueza y la diversidad como la esencia de nuestra humanidad. Solo así, podemos construir un futuro más rico y más inclusivo, donde las lenguas minoritarias no se conviertan en meras reliquias del pasado, sino que florezcan y enriquezcan la cultura y el patrimonio lingüístico de toda la humanidad.
En el actual panorama cultural, los eventos como el Congreso Internacional de la Lengua Española, se erigen como un espacio esencial en la promoción de la diversidad y la interculturalidad del idioma romaní.
Su valor incalculable radica en la promoción del mestizaje y la celebración de la pluralidad lingüística y cultural de nuestro mundo. Resulta esperanzador comprobar cómo, en estos espacios, la lengua gitana está cobrando cada vez más protagonismo, lo que constituye una señal inequívoca de que debemos fomentar y aplaudir su avance. Debemos apostar por una visión menos homogeneizadora del lenguaje y la cultura, y, en su lugar, abrazar la riqueza y la diversidad como elementos clave de nuestra humanidad. Solo así podremos construir un futuro más inclusivo y enriquecedor, en el que las lenguas minoritarias no se vean reducidas a meras reliquias del pasado, sino que florezcan y enriquezcan el patrimonio lingüístico y cultural de toda la humanidad.