El Romanó, conciencia que hace latir la Romanipen

por David Cortés Cortés

5 de noviembre

Compartiendo mesa el 5 de noviembre de 2017 con mis hermanos Seo y Pedro.

Hoy es el Día Internacional de la Lengua Romaní, y también podríamos decir, que es un grito de reivindicación para las lenguas del mundo que buscan el reconocimiento, que el derecho por derecho otorga.

El Romanó es el idioma que hablan 20 millones de personas en todo el planeta, idioma que está incluido en la Carta Europea para las Lenguas Regionales y/o Minoritarias, siendo más de la mitad de los Estados miembro de la Unión Europea, los firmantes de este tratado. Reconocimiento al que no se han sumado el Estado Español, siendo este, uno de los países de la comunidad Europea donde hay mayor presencia romaní.

¿Y porque se le debe otorgar este reconocimiento al Romanó a través de la política?

Principalmente porque corresponde por derecho, y segundo porque es una cuestión de Deuda Histórica, siendo dicho reconocimiento el primer paso para iniciar un camino real hacia la recuperación del romanó. 479 años de legislaciones Antigitanas son muchos años de autoritarismos contra el derecho a existir y la libertad de un Pueblo. 2500 leyes Antigitanas, materializadas a través de genocidios, etnocidios, esclavizaciones, odio reiterativo que ha atentado contra la salud democrática y la paz de Europa, y provocando, en el occidentalismo blanco, conciencias en riesgo, basadas en el analfabetismo de los valores humanos.

Han tratado de desposeernos de nuestra Kalipén, nos han arrancado nuestros apellidos, nuestro idioma, e innumerables vidas sesgadas de nuestras hermanas y hermanos.

Dolorosamente nuestra expresión cultural es señalada como folclore y nuestra expresión verbal como jerga.

Desde la llegada de la democracia al Estado español se han establecido diferentes marcos de acción para tratar de promover la libertad cultural del Pueblo Gitano, pero desde marcos monitorizados por lógicas occidentales, cuyas tesis se han basado en la búsqueda de “el buen salvaje”. Además, cabe destacar que las acciones que se han llevado a cabo, se han planteado desde “los problemas” que tiene la sociedad con las y los gitanos, no desde los problemas que generan la sociedad para con las gitanas y los gitanos. No se han planteado acciones entendiendo al Pueblo Gitano como un grupo humano que comparte una cosmovisión propia, idioma y origen, más bien como unas gentes pertenecientes al hábitat del gueto, generadoras de conflictos sociales y delincuencia.

En la recuperación del romanó está la libertad cultural del Pueblo Gitano.

La recuperación del Romanó, en un inicio, no debe basarse en el aprendizaje instrumental del Romanó. De hecho, eso sería empezar la casa por el tejado, ya que de este modo se justifica la acción, mientras que la implicación política quedaría relegada a un segundo plano.

El proceso de recuperación del Romanó debe ser estructural y debe incluir diferentes ámbitos y acciones tales como:

– La creación, por parte de las Administraciones Públicas, de planes estratégicos para la recuperación del Romanó.

– El establecimiento de centros de investigación científica del Romanó.

– La producción y distribución de literatura en lengua romaní.

– El apoyo a iniciativas creativas y de impacto mediático del Romanó.

– La creación de organismos destinados exclusivamente al Romanó, desde donde se establezcan vías de diálogo político, acciones que restauren el estatus del Romanó y se operativice un núcleo en Pro de los derechos y la defensa de la Rromaní Ćhib.

En la recuperación del Romanó estriba la restauración de la Memoria Histórica y la libertad cultural del Pueblo Gitano. Siendo además, el Romanó, el elemento más eficaz para desacreditar los Gitanómetros y luchar contra el Antigitanismo.

Cuando un Pueblo se encuentra en una situación de resistencia constante para no ser asimilado, éste debe continuamente reafirmar su cultura para salvaguardar, así, una autoestima identitaria. Pero lamentablemente el imaginario colectivo está cargado de prejuicios y estereotipos negativos, imaginario que sirve, muchas veces, de espejo. La invisivilización de la Rromanipen, provoca que se estreche la línea entre los estereotipos y la identidad gitana.

Por ello la inclusión del Romanó y la historia del Pueblo Romaní en las aulas es tan importante, para que nuestras y nuestros chavorrós beban del conocimiento de su idioma e historia, para que puedan defenderse recurriendo a la verdad, para que puedan evadir las miradas acusadoras y que puedan mirar a los ojos del occidentalismo blanco y de Europa y puedan decirle:

– «Nosotros no hemos necesitado procesos bélicos para generar sentimientos de democracia y de unidad, la Interculturalidad Transnacional Romaní reside en nuestros huesos».

– «Somos un pueblo que desde que salimos de la India hemos transmitido al mundo la riqueza de nuestra cosmovisión y de la misma forma hemos aportado a Europa gran parte de la riqueza espiritual y material de oriente y de las civilizaciones más importantes de la historia”.

Con la recuperación del idioma, no será necesario que constantemente realicemos este ejercicio de resistencia, porque hablar Romanó significa ser gitano, además promoveremos que el fuego de la Rromanipen se avive y haga arder los convencionalismos racistas. En la recuperación de nuestro idioma estriba algo más que el aprendizaje de un idioma que proviene del sánscrito, estriba el amar con orgullo y libertad la Gitaneidad, el mostrar que somos un Pueblo Unido, Fuerte y Libre.

Qué importancia tiene cuando estás con tu gente, sentados en la mesa, y le dices a tu hermano «ćhavó endelame la pañí«. El vello se te eriza y el agua que le estás pidiendo que te acerque se transforma en un manantial de conciencia Romaní.

En el Romanó reside la fuerza de la Rromanipen, fuerza que necesita la humanidad para evolucionar del Homo Sapiens al Homo Godăver.